por ralero
A fuerza de residir en el vecino y conurbado municipio de Guadalupe, situado al oriente de la ciudad de Monterrey, me he visto en la necesidad, para dirigirme al sur de la Sultana a casa de mi madre, a la de mis suegros o a la oficina, a tomar las cuasi-paralelas avenidas Constitución (Blvd. Miguel de la Madrid en Guadalupe ¿?, Antonio I Villarreal ¿? en San Pedro) y Dr. Ignacio Morones Prieto que cruzan la ciudad de oriente a poniente (y viceversa) siguiendo las caprichosas riberas y riveras del río Santa Catarina.
A últimas fechas debido a la presencia del huracán Dean y las situaciones climatológicas correspondientes, se han venido dando en la ciudad (y en general en casi todo el país) una buena temporada de lluvias. Por esta circunstancia me ha tocado transitar por las citadas avenidas en plena lluvia, topándome a lo largo del recorrido con sendos charcos, lagunas e inundaciones; encontrándome en el diario recorrido con todo tipo de eventos: vehículos varados, filas interminables, accidentes, caídas en baches, remojones inesperados, etc.
En una de estas interminables filas, a la orilla del río Santa Catarina, justo antes de tomar el paso a desnivel hacia Bonifacio Salinas y toda vez que a mi reproductor MP4 se le acabó la carga de la pila no pude menos que ponerme a cavilar sobre la situación que estaba viviendo: paradójicamente, estaba sobre una avenida de cuatro carriles casi por tomar un paso a desnivel relativamente nuevo en el que había un casi lago al pie de la rampa justo al lado de un río con un ancho del triple del de la avenida en la que circulaba y (al igual que en muchos otros tramos sobre la misma avenida ó sobre Morones Prieto).
¡¡No puede ser posible que haya estos encharcamientos por falta de drenaje pluvial justo al lado de un río!!
El avance de la fila me sacó de estos pensamientos y presto, puse primera en la caja de velocidades de mi Chevito, alias el Saz, cuidando de pisar continuamente el acelerador y el clutch a fin de que el mueble no se fuera a apagar al cruzar el mar que se encontraba frente a mí. Mi mente voló por unos momentos a la historia, al antiguo Egipto, al mar Rojo, a Moisés...
Al día siguiente, al ir a la oficina, me topé con la jardinera ubicada en la curva de salida de Constitución hacia el puente para tomar la Avenida Revolución, en donde han puesto algunos arreglos con motivo del Foro de las Culturas ha realizarse en esta ciudad a partir del 20 de septiembre del presente; uno de estos tenía la palabra “FÓRUM” con letras en tres dimensiones, independientes, colocadas verticalmente pero, supongo que por mala instalación o porque aún no estaba terminada, la “F” estaba descansando (tal vez sabía que aún faltaba un mes para el evento) recostada cómodamente sobre la “o”.
“La ciudad del conocimiento...” sonó la frase en mi cabeza y pensé en el Tecnológico de Monterrey y en la Uni, en la UdeM, UR y la ya casi interminable lista de escuelas y universidades que últimamente han puesto su base en la ciudad. “Entonces, no puede ser un error...” seguí pensando al evocar el encharcamiento de ayer. La fecha de inicio del Fórum me hizo pensar de nuevo en la ciudad, otro aniversario de su fundación, 411 años a partir de 1596 y pensé luego en su historia, sus inicios, los ataques de los aborígenes de la región, las inundaciones, la industrialización y el comercio...
“Ahí está” pensé, y exclamé: “ésa es la razón”...
La ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey fue fundada el 20 de septiembre de 1596 por Don Diego de Montemayor quien, según indica la tradición, con 12 familias "se estableció en el llamado Valle de Extremadura junto a un monte grande y ojos de agua que llaman de Santa Lucía".
Así visto no me queda mas remedio que concluir que, definitivamente, el hecho de que se acumule agua en las avenidas Constitución y Morones Prieto obedece, sin lugar a dudas, al temor de que con lluvias torrenciales el cauce del Río Santa Catarina se llene, desborde e inunde la ciudad.
A pesar de la construcción de la presa Rompepicos en el cañón de la Huasteca, la conciencia ciudadana guarda un temor intrínseco en la mente colectiva que hace que toda instrucción o educación de ciencias hidrológicas a ingenieros o arquitectos, constructores, diseñadores o profesionales del ramo a cargo de los puestos públicos (desde supervisores de obra hasta directores de la secretaría de Obras Públicas) diseñen, calculen, construyan, reparen o modifiquen estas avenidas con la senda precaución de dejar en la superficie desniveles de gran exactitud de manera que el agua que cae en el pavimento de ninguna manera y bajo ninguna circunstancia drene hacia el río Santa Catarina, para que éste no vaya a desbordarse y amenace, como ha hecho a través de la historia, con inundar nuestra “Sultana del Norte”, nuestra “Ciudad Industrial”, nuestra "Ciudad de las Montañas", nuestra Ciudad Metropolitana de Monterrey.
Y, como ha dejado de llover, aprovecharé para irme ya a casa...¿por dónde me iré... por Morones o por Constitución...?
Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey a los veintinueve días del mes de agosto del año del Señor de 2007.
Desde la Ciudad de México partió el 3 de septiembre un contingente de ayuda, al frente de la brigada y como responsable de los socorros se designó al Dr. Fernando López y a la Sra. Luz González. Los acompañaron un grupo de damas altruistas constituyendo la primera brigada de auxilio que abanderó el emblema de la Cruz Roja en nuestro país.
El Huracán Gilberto comenzó como una tormenta tropical en el Atlántico el 12 de septiembre de 1988. Era el tercer huracán de la temporada en el Atlántico. Las cálidas aguas del Mar Caribe lo fortalecieron, llegando a categoría 3, golpea con esa fuerza a Haití, Jamaica e Islas Caimán; dos días después el huracán, ya de categoría 5 con vientos de 270 kilómetros por hora, se enfiló sobre la península de Yucatán. “Gilberto” siguió su ruta hacia el Golfo de México, afectando a Yucatán y Campeche. Trece horas después, el Golfo de México alimentó al sistema que se enfiló hacia Tamaulipas. El 17 de septiembre “Gilberto” culminó su recorrido en el Cerro de la Silla, justo sobre la zona metropolitana de Monterrey: una región donde los huracanes nunca llegan. El río Santa Catarina que atraviesa la capital neoleonesa y otros ríos se desbordaron.
N. de la R.: Este documento no debe tomarse como base histórica ya que las fechas, lugares y nombres no concuerdan (y en ocasiones se contradicen) entre las diferentes fuentes de las cuales se tomó dicha información.
FUENTES CONSULTADAS:
· http:// www.monterrey.gob.mx/historia/index.html
· http:// es.wikipedia.org/wiki/Hurac%C3%A1n_Gilberto
· http:// es.wikipedia.org/wiki/Monterrey
· http:// lectura.ilce. edu. mx:3000/biblioteca/sites/estados/libros/nleon/html/nleon.html autor: Israel Cavazos garza
· www. monografías.com
· http:// www.isacamty.org.mx/Latincacs2007/Conoce.htm
· http:// www.lomelin.com.mx/oferta/monografias/nl/nl_hidro.html