jueves, 26 de diciembre de 2013

EL OBISPADO

El 15 de diciembre de 1777 el papa Pío VI ordena la creación del Obispado en la bula Relata Semper. Por aquellos años la región que comprendía el estado de Nuevo León dependía del obispado del Reino de la Nueva Galicia, cuya sede era Guadalajara. 

Dicha sede solicitó al Papa que se formara una sede episcopal que cubriera las lejanas tierras de las Tamaulipas, la Nueva Extremadura, la Coahuila, el Nuevo Reino de León, los Texas y las tierras más al noreste, las cuales era difícil atender pastoralmente desde Guadalajara.

Después de un recorrido por aquellas regiones se recomendó la creación de dos sedes: una en San Luis Potosí y otra en el Nuevo Reino de León. Para el caso que nos ocupa, se decidió establecer la sede episcopal en la Villa de San Felipe de Linares, para lo cual fue erigida ciudad el 19 de mayo de 1777 y poder recibir la investidura de "Obispado de Linares", estableciéndose la Diócesis de Linares y la catedral de Linares, sede religiosa de la región. 

Por recomendación del Rey, el Papa nombra Obispo de la Diócesis a Fray Antonio de Jesús Sacedón, quien recibe su cargo en el año de 1779 mediante un apoderado, que toma posesión del Obispado con todos los ritos. Fray Antonio de Jesús Sacedón llegó en diciembre de ese año a Monterrey antes de dirigirse a Linares, instalándose en una celda del Convento de San Francisco (ubicado donde hoy está el Círculo Mercantil) pero dos días después se le hinchan las piernas y el 27 de diciembre fallece. El primer Obispo de Linares nunca se sentó en la silla episcopal. 

El Arzobispo de México envió como gobernador del obispado al Dr. don Antonio Bustamante y Bustillo, a quien se le descubrió tiempo después un desfalco por 170,176 pesos con 6 reales faltantes en los diezmos, fondos destinados a la Real Hacienda (impuestos), a la construcción de la Catedral, del Hospital y del Seminario. Al Dr. Bustamante se le embargaron sus bienes y se le envió a la Catedral de Puebla en donde se le descontaba cada mesada para restituir su desfalco.

El Papa nombra a Fray Rafael José de Verger, como obispo sucesor. "Raphael Joseph Verger", hijo de Juan Bautista Verger y María Suau, nació en Santanyí, Mallorca, el 10 de octubre de 1722, se unió a los franciscanos en 1738 y fue compañero de Fray Junípero Serra en los estudios y su apoyo en la Misiones Franciscanas de California desde Pachuca.  
Verger fue designado obispo el 4 de agosto de 1781, pero fue hasta el 20 de abril del año siguiente cuando pudo presentarse cartas en mano ante el gobernador del Nuevo Reino de León, llegando a la ciudad de Monterrey el 18 de diciembre de 1783. Una vez instalado en Linares y viviendo un tiempo allí, solicitó el cambio de la sede episcopal ya que "dicha ciudad tiene veinte casas de adobe con techo de tierra y dieciocho jacales con cáscara de sabino", así mismo descalificó la Villa de Santa Rosa por su "frontera inmediata a los indios bárbaros" y a Saltillo por lo accidentado de su acceso. 

El nuevo obispo recomendó ubicar la sede en la ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey, por "su abundancia de aguas", "terrenos de arena y piedra de cantería" y por lo "saludabilísimo de su terreno, por conservarse en ella y su distrito hombres y mujeres de más de cien años...". José de Verger se mudó a la ciudad antes de que fuera denominada sede, edificó la primera capilla para la devoción de la Virgen del Roble, advocación mariana regiomontana, y una vez puestos sus cimientos, inició la construcción del Palacio de Nuestra Señora de Guadalupe en la Loma de Vera, alrededor de 1784. Así, la Loma de Chepe Vera, llamada así porque a sus alrededores estuvieron las tierras de José Vera, llegó a ser conocida como Cerro del Obispado. 

Finalmente la sede episcopal fue signada en la ciudad de Monterrey el 10 de noviembre de 1792. 

Aproximadamente 54 años después, en septiembre de 1846, el Cerro del Obispado sería uno de los bastiones de la Batalla de Monterrey en donde se apostaron 260 hombres y 3 cañones al mando del coronel Francisco Berra, con la misión de defender la ciudad si el enemigo entraba por el poniente. El ejército estadounidense tomó el fortín de la Federación, situado en la Loma Blanca (hoy Cerro de la Loma Larga) desde el cual bombardeó el Cerro del Obispado hasta que a las 4 de la tarde del 22 de septiembre cayera heroicamente el Obispado. La bandera de las barras y las estrellas fue izada en el asta bandera del Obispado hasta el 25 de mayo de 1848, día en que se firmó la paz entre los dos países. 

Durante el porfiriato se convirtió en un paseo familiar, por lo que se inició su restauración apoyada por la promulgación en 1902 de la Ley sobre  Clasificación y Régimen de los Bienes Inmuebles de la Federación y la creación de la Junta Arqueófila de Nuevo León en 1907.  Tras la Revolución Mexicana y el deterioro del inmueble, la Junta de Mejoras del Obispado propuso su restauración y su posterior utilización como museo. En 1944 se inició su restauración la cual culminó en 1953. 

El 20 de septiembre de 1956, el Museo Regional de Historia de Nuevo León, “El Obispado” abrió sus puertas  al público. 

En el cerro del Obispado estuvo un tiempo la antena del canal 8, que luego fue del canal 7 de TV Azteca, posteriormente fue la antena de Stereo 7 (en el ciento siete punto siete de tu radio). Actualmente el Palacio del Obispado es el Museo Regional de Historia, también conocido como Museo del Obispado, y en el área de la antena se construyó una explanada: el Mirador del Obispado, donde se levantó un asta de más de 100 m de alto y 120 toneladas de peso en el que se iza la Bandera Monumental, la más grande de México.


FUENTES: 
+OBISPADO DEL NUEVO REINO DE LEON, Primer Tiempo por Aureliano Tapia Méndez, junio de 1988
+MUSEO REGIONAL DE NUEVO LEON (EX OBISPADO), http://www.inah.gob.mx
+WIKIPEDIA


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